lunes, 22 de julio de 2013

Fútbol de reprimidos (AFA Plus y otras mentiras)

Ya estamos hartos de ver en los diarios titular "los violentos ganaron de nuevo" o "el fútbol se cobró otra víctima", sabiendo que nada va a cambiar al otro día. Si hay algo que preguntarse en estos momentos de inactividad deportiva, es qué se hace para modificar estas despreciables conductas que mancharon, y aún hoy lo hacen, los destinos de nuestro fútbol.

Si bien podemos entrar en la postura moralista e hipócrita de decir "el cambio empieza en nosotros", debemos entender que la agresividad o rebeldía que produce el fútbol es una expresión de estallido ante la constante presión rutinaria que se siente. Cuando el individuo se identifica con su equipo, le toma cariño, y ese cariño lo hace ver como un ser libre, que sigue los rumbos de su equipo, y está dispuesto a hacer todo para defender esa ilusoria libertad que se le presenta.

Más allá de esta sociológica teoría propiamente desarrollada, creo que es importante no volcarnos hacia posturas tan extremistas, pero si seguir analizando estos puntos. El hincha deja de ser un espectador, y se ve inmerso en el juego, pero al formar parte de esa disputa de poder por los tres puntos que significa el partido, está obligado a enfrentarse con su par que puede ser el contrario o, como en la mayoría de los casos ocurre, la policía.

Aún pretendo entender de qué han servido los controles policiales o la rigurosa aplicación del "derecho de admisión" en los estadios argentinos, pero estos intentos inútiles de lograr la paz en el fútbol han llevado a la magnífica idea de la AFA Plus. Por si no saben, este mecanismo permite el acceso de los hinchas con carnet de socio (que puede ser de adquisición fraudulenta) y con el registro de sus huellas dactilares, permitiendo así la fácil identificación de quienes habían efectuado desmanes en anteriores ocaciones.

Para registrarse en este sistema, el hincha debe sacarse fotos de ambos perfiles, de frente y mirando hacia arriba y abajo, para ser reconocido por las cámaras de seguridad de la policía. Sin embargo, al terminar el trámite, los encargados de administrar las operaciones de este sistema le entregan al hincha un comprobante con una serie de explicaciones. Este anexo manifiesta que el simpatizante pasa a ser reconocido por la Presidencia de la Nación como aficionado de tal equipo, por lo que no podrá asistir a estadios para ver partidos ajenos al que simpatiza, por ejemplo una persona de La Plata que se empadrona como hincha de Boca, no podrá asistir a un clásico Estudiantes-Gimnasia si así lo desea.

Lo llamativo del anexo es que además de atentar contra la belleza del fútbol y alentar el fanatismo por un equipo (alentando así la violencia con la teoría previamente desarrollada en el segundo párrafo), es que aclara que este aficionado debe ser conciente de los riesgos que puede sufrir en un evento deportivo. ¿Acaso AFA se está lavando las manos? No lo sabemos, pero este intento desesperado por frenar la violencia debe ser riguroso, porque es de saber que las filas de cacheos y controles se abren cuando ven llegar en masa a las "barras bravas", por lo que la AFA Plus sería un fracaso, de hecho, otro fracaso que se sumaría a la interminable lista de errores que ya se cobró decenas de muertos.

Esperemos por lo menos, que este intento por frenar la violencia en el deporte que llamaron "AFA Plus", sirva como chaleco anti-balas o como posible arma de defensa ante ataques externos, de otro modo, aún queda mucho por aprender de nosotros mismos.


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