*Desde que me compré mi celular Blackberry hace más o menos un año, anoté de forma desprolija y resumida, una serie de hechos graciosos que me iban sucediendo mientras caminaba por la calle. Creo que sería lindo compartir algunos de estos, ya que se viene la limpieza tecnológica y no quiero que queden perdidos. Espero que los disfruten, o que este aviso les haya servido para alejarlos de esta publicación.*
Hay un tipo sentado al lado mío en la parada del colectivo, tiene cierto olor a chivo y está layendo un libro de auto-ayuda del viejo ese que hace poco vino al país.
Le debo 7 pesos a mi tarjeta SUBE, evidentemente me gusta vivir al límite. El chofer me mira con cierto odio y corrí al único asiento libre que quedaba. Estaba roto y me fui de culo al piso.
Pasaba por la Plaza Moreno de La Plata, un señor de unos 57 años con su perro. El perro estaba excitado y se ve que le gustaban las monjas que visitaban la Catedral, emblema de la ciudad. Se le montó a la monja en la sotana y le dejó una sagrada mancha que no se quita ni con el Santo Grial en detergente.
Voy al kiosko de la esquina de mi casa que había colocado puertas de vidrio absolutamente limpias. Claro, como no podía ser de otra manera, me di la trompa contra un acrílico por malinterpretar el cartel de "TIRE".
Por la plaza de mi casa pasa un pibe de unos 17 años en moto haciendo ruido con su caño de escape. En un banco un chico escucha el estruendo y corre a buscar a la madre para decirle "mamá, Dios se tiró un pedo".
Un auto cruza una Avenida con el semáforo en amarillo, un micro que quería apurar el trayecto lo insulta, a lo que el conductor del vehículo le grita "gano schumacher"
Un grupo de 5 amigos en la puerta del boliche esperan a que pase un grupito de 4 mujeres. Al pasar las damas un desubicado individuo del mencionado grupo intenta tocarle la cola a una de las señoritas. Una amiga que se ve que sabia karate corrió su mano y le metió una cachetada digna de Maravilla Martinez que lo dejó en el suelo al atrevido muchacho. KNOCKOUT!
Una pareja de asiáticos camina por el centro sacándole fotos a todos, es ahí donde aparece un vivo y le ofrece una caja de alfajores artesanales. La pareja compra la caja y se va contenta al igual que el vendedor. Cuando me acerqué la caja decía "Guaymallen"
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