sábado, 15 de marzo de 2014

Microrrelatos

Perdimos todos

Patrick y Clark eran dos soldados del ejército estadounidense que por ese entonces invadía Irak. Competían en todo, contaban la cantidad de muertos que cada uno llevaba y al final del día enterraban en el lodoso lugar de acampe un papel con el nombre del ganador para que quede registrado y sea encontrado algún día.

A los tres meses de compartir batallas, Clark fue alcanzado por una bomba de Napalm e incinerado frente a los ojos de su compañero. Esa noche de lluvia Patrick llorando enterró un papel que decía “ganó la guerra, perdimos todos”.



Una, dos, mil guerras


Había una vez una guerra por petróleo, con soldados y todo, parecía de película, como si todo lo que tocara lo destruyera. Miles de muertos y desaparecidos quedaron tras esa lucha.

Había una vez una guerra por agua, con soldados y todo, parecía cinematográfica, como si todo lo que tocara lo hiciera trizas. Miles de muertos y desaparecidos quedaron tras ese combate.

Había una vez una guerra por oro, con soldados y todo, era increíble ver esas escenas por la tele, como si todo lo que tocara lo fuera arrasando. Miles de muertos y desaparecidos fueron las consecuencias.

Y así podemos seguir hasta hoy. Había una vez…

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